[ARTICULITO 29] El dinero, el dinero fiduciario y el dinero fiat.

En los momentos actuales es realmente importante entender con claridad cómo funciona el dinero. Hablemos, intentando alcanzar ese objetivo, primero del dinero que circula y luego tratemos de hablar de los otros tipos de dinero. Sería conveniente, para ello, que tuviéramos en cuenta dos articulitos anteriores el 9: “¿Qué es el dinero?” en el cual se discutieron algunos elementos básicos del concepto “dinero” y el 19: “¿Qué es eso de dinero inorgánico? El FMI”, en el cual como dice su título, se intenta hablar un poco sobre ese monstruo terrible que es el Fondo Monetario. Estrictamente deberíamos referirnos a casi todos los articulitos anteriores, especialmente a los que se refieren a la banca, al Banco Mundial y al mercado, pero quedémonos, fundamentalmente, con esos dos.

En el articulito 9, decíamos que estábamos hablando, esencialmente del concepto “dinero” en lugar de hablar simplemente del dinero. La razón fundamental de esto la explicábamos más tarde (en el articulito 19) cuando decíamos que “…el dinero, más que un bien es un concepto, por ello cuando hablamos de dinero hablamos de esa “supermercancía”, que no es ni una cosa ni un objeto “mágico”, ya que en el capitalismo globalizado, el dinero pasó de ser un simple medio de intercambio a representar el equivalente general en el cual se refleja el mundo entero de las mercancías. Y como tal equivalente general, el dinero se independiza de su relación social de valor y se hace autónomo. Es lo que Marx llamó un fetiche. Su poder es el poder social de las clases de propietarios, de las clases poseedoras, es decir, de las clases que controlan el dinero y sus formas de producirlo. Recordemos, con Rothschild, que no es necesario poseer el dinero, basta poderlo emitir y controlarlo, cosa más que suficiente para (re)tener el verdadero poder.”

Desde su concepto originario, habría quedado determinado que el dinero cumple, teóricamente, cuatro funciones básicas: ser medida de valor de las cosas, actuar como instrumento de intercambio, servir como medio general de pago y ser esencialmente el medio de reserva de la riqueza. Aunque estrictamente hablando, las cosas (las mercancías) circulan en la sociedad-mercado solo para garantizar que el dinero se mueva (circule en si mismo), pues las mercancías son bienes que se producen únicamente para ser vendidos y no para resolver necesidades. Es por ello que el dinero es la única mercancía (supermercancia, realmente) cuyo valor depende solo de sí mismo y que puede ser acumulada como dinero mismo o en forma de mercancías que pueden ser cambiadas por dinero rápidamente. Para que entendamos esto último pensemos que una casa, una gran mansión por ejemplo, que si no puede ser vendida fácilmente no vale nada en la práctica.

La plata y el oro (los metales sobre los que se acuñaron las monedas originariamente) supuestamente cumplen, también, estas funciones porque tienen unas propiedades muy concretas: son metales escasos, consistentes, de gran calidad y resistentes a la corrosión. Por ello, a partir del momento en que se empezó a utilizar el dinero de papel para facilitar los pagos grandes, se exigía que ese papel tenía que estar respaldado por cantidades concretas de oro o plata, tenía que cumplir lo que es su momento se llamó el patrón oro, es decir cada unidad de dinero en papel, debería estar respaldada por una cantidad de equivalente en oro guardado en el banco emisor.

Al dinero de papel con respaldo en oro se le llamó, originariamente, fiduciario, palabra que viene del latín “fidare”, que significa “fiar” o “confiar”. Es decir, no eran monedas metálicas, pero a través de dicho papel el emisor prometía la entrega de las correspondientes monedas y como se nos exige que confiemos en la solidez y responsabilidad de dicho emisor (veamos el articulito 20 sobre la banca), aceptamos como “valor” real esos papeles.

Hoy ya no existe el dinero fiduciario. No podemos ir a un banco, ni siquiera a un banco central, y pedir que le den a uno la cantidad de oro o plata equivalente a un cierto billete. Pues ningún banco central del planeta, los chinos dicen que sí pero habría que ver, tiene oro o plata como para respaldar el dinero que ha impreso y puesto en circulación.

El asunto es que en 1971 ocurrieron varias cosas que eliminaron, definitivamente, el carácter “orgánico” del papel moneda (articulito 19). Revisemos un poco ese cuento por el cual surgió lo que hoy, con un poco de sarcasmo, llamamos dinero fiat.

El cuento es que en ese año USA rompió el patrón oro. ¿Por qué? Decíamos que pasaron varias cosas, muchas en realidad, ese fue un año especial para USA, pero para no desviarnos del camino propuesto vamos a referirnos solo a dos de ellas. Una, fue el enorme gasto que representaba para USA mantener la guerra de Viet Nam, gasto insostenible para sostener una guerra ya perdida y que estaba obligando a USA a imprimir más dinero (dolares) que el que podía respaldar. La otra, que ocurrió simultáneamente a esta, fue que Francia, por razones de enfrentamientos intracapitalistas parecidos a los que actualmente ocurren entre la administración de Trump con la Unión Europea (es decir peleas por el control, por ver quien agarra el sarten por el mango), comenzó a cambiar en oro los dolares que poseía, lo cual produjo una importante caída de las reservas reales de oro de USA (país donde, por cierto, las reservas, el así llamado Fondo Federal de Reserva, es una gran corporación privada constituida por cinco grandes bancos todos con capital mayoritario de la familia Rothschild) lo que generó una grave situación de inestabilidad del mercado capitalista que ya estaba comenzando a ser absolutamente global. Como mecanismo de defensa, la administración de Richard Nixón rompió con el patrón oro a través de un decreto que determinaba que el dolar valía por si mismo independientemente de su respaldo o no en oro y por ello el dolar solo podía ser cambiado por dolares. Surge así el llamado dinero fiat.

Fiat es una palabra que proviene del latín y que significa algo así como “hágase”, fiat lux, por ejemplo significa “hágase la luz”. El dinero fiat vale, digamos, como moneda de intercambio en el comercio, ya que actualmente no hay otro medio de pago aceptado. Pero lo real es que el dinero actual es una medida de valor, un instrumento de intercambio y un medio de pago, pero ya ha dejado de ser reserva de riqueza. Y eso es así porque el dinero actual ha dejado de ser un valor. Pero, y eso es peor aún, como ya comentábamos en la parte V del Articulito 0, el dinero dejó de ser un simple medio de intercambio y hoy a pasado a ser el actor político por excelencia que sirve para controlar que los ciclos del capital no se le salgan de las manos a los controladores del mercado. Lo decíamos así allí: “Solo en una sociedad sin mercado, o mejor una sociedad donde sólo se produzca bienes de uso, es decir valores que solo resuelvan necesidades, podría no ser político el dinero. Pero en una sociedad de mercado, o en su perversión definitiva, la sociedad-mercado, lo es inevitablemente. Y por serlo será el instrumento del que, inevitablemente, se valga el poder para mantenerse. Ese papel cambiará solo si desaparece la sociedad-mercado, es decir si la sociedad del trabajo social absolutamente objetivado se rompe y se regresa a una sociedad del ser humano vivo y por lo tanto del trabajo comunitario, vivo en si mismo también…”. No es el petróleo el “estiércol del diablo”, ese es un merito que le corresponde únicamente al dinero.

Y es por eso que solo los estados “poderosos” pueden producir dinero fiat, ya que ese dinero tendrá un “valor” en el mercado y en la geopolítica, que dependerá del poderío, no sólo económico sino básicamente militar, que ese estado posea en la práctica mundial. Y con esto se demuestra que la economía no es sino la guerra llevada por otros medios (aunque hablando de geopolítica y así no sea ese el tema de este articulito, vale la pena preguntarse ¿hasta cuándo podrá sostener el planeta una economía basada en algo que no existe?).

Así, al romper los acuerdos monetarios internacionales (articulito 19) USA en ese momento ligó, extraoficialmente, el dólar a su poderío petrolero, aunque realmente lo hizo por su capicidad hegemónica real como potencia militar central del mundo capitalista. Surge así el llamado petrodólar, extraoficialmente insistimos. Sin embargo notemos, para ubicar mejor el asunto, que ningún otro país petrolero del momento habría podido crear su propia divisa marcadora. El petrodolar se convierte en la divisa por excelencia, llamado sencillamente dolar, con la que se realizan todas las operaciones de mercado en la sociedad-mercado porque el poderío de USA pudo no solo garantizarlo sino imponerlo y le importa un carajo que como papel-dinero no valga nada.

Por ello, el dinero ya no intenta, siquiera, cumplir con las dos funciones con las que fue creado y ni siquiera con las dos que adquirió en el camino, pues de hecho ya no necesita hacerlo. El dinero, fiat o el que sea mientras sea hegemónico, es sencillamente la razón de existencia actual de todo el mercado, particularmente en la sociedad-mercado, y como tal actúa y actuará así tenga que hacer cualquier cosa para garantizarlo. Y de forma esencial, porque no existe alternativa real alguna a él (o si no pensemos en cuanto le ha costado al yuan chino ocupar el tímido espacio que como divisa alternativa ocupa actualmente, y ello a pesar de que el gigante oriental, como lo llaman, está intentando regresar al patrón oro, cosa por cierto imposible, porque, entre otras cosas, la cantidad de dinero que circula hoy en la sociedad-mercado es tan grande que no hay suficiente oro en el planeta para respaldarla).

Es necesario que aceptemos que el socialismo no es un sistema económico, es apenas una etapa hacia la construcción de una sociedad no-mercado y sin explotación del trabajo, es decir una sociedad comunista. Por ello si algo no es el camino, en la búsqueda de su construcción ni ahora ni nunca, es la conciliación de clases.

Permítanme terminar, por ahora mientras intentamos próximamente discutir algunas cosas sobre otras formas de dinero como alternativa “viable” al dolar fiat, con una cita textual del párrafo que cierran la referida parte V del Articulito 0:

“El capitalismo vive de la existencia y profundización de las desigualdades entre las personas. La explotación es su alimento vital. Por eso no se puede resolver el asunto atacando solamente las desigualdades, ello sólo conduce a distintas y nuevas formas de explotación, consumismo y control. La única solución es la destrucción total y definitiva del capitalismo, o más explícitamente, la destrucción definitiva del capital y sus perversos ciclos que se mueven sobre la destrucción de la vida de la gente. No hay otro camino. Y, o lo caminamos ahora o no habrá ya “próximos años…”.

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