[CONTRATIEMPO] Comunicación ¿Contratiempo de la idiotez?

“Ser radical es atacar el problema por la raíz.Y la raíz, para el hombre, es el hombre mismo.»(Karl Marx, Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel

Nunca un contratiempo fue tan bienvenido como este que obliga a dejar de lado el pautado para esta semana y acometer la nada fácil tarea de contar una historia que apenas despunta y se celebra desde hace ya largo rato. Empecemos por el principio.

El principio, fundamento que constituye algo como unidad, en el caso de la comunicación es esencialmente el intercambio entre agentes capaces de emitir signos con significado y de decodificarlos para ir acordando cursos de acción comunes.

Así, la comunicación tiene como propósito la construcción de una comunidad. Comunidad básica que permite acordar lo que es la realidad y actuar en consecuencia.

Pues bien, esa definición de comunicación ha sido sustituida por la imposición avasallante de una relación unilateral que es la denominada comunicación de masas que supone que el proceso de construcción de significados requiere de un proceso más cercano a una industria que produce significados que a la construcción de los mismos por los procesos de interacción entre humanos y con vocación de construir en comunidad.

La comunicación de masas se convierte en un proceso de homogeneización y normalización del interlocutor de modo que se convierte en un consumidor/receptor de un producto que se supone le corresponde hacerlo a cada sujeto. La información, aquella que se construye a partir de los datos y que cada quien debería elaborar para construir su “realidad” e interactuar a partir de ella para hacer “una realidad” más amplia, termina haciendo que la realidad sea la opinión hegemónica que se impone sobre otros de un modo que lo impulsa a un comportamiento idiota.

La palabra “idiota” se empleaba en la antigua Grecia para denominar a las personas que no se interesaban en los asuntos públicos o políticos, sino que se ocupaban sólo de sus propios asuntos. En una época donde los asuntos políticos son previamente digeridos estaríamos en presencia de un comportamiento idiota por la vía de la inducción de lo significados que le interesan a algunos imponer sobre los otros. Por ello, la comunicación en su definición original sería un contratiempo para la idiotez porque obliga a construir con otro una realidad. Construcción que no necesariamente implica pero puede dar lugar a una situación de conflicto. Porque a fin de cuentas, el debate político es un ejercicio de competencia (agónico) en cuanto se da un proceso de alcanzar con-vencer al otro en un proceso dialéctico de diálogo que es esencialmente la confrontación de dos discursos distintos u opuestos.

Por eso, cuando se menciona a la comunicación alternativa como una forma de comunicación que procura combatir al pensamiento único, es una muestra de que la comunicación se ha deteriorado hasta el nivel de que se tenga que optar por llamar alternativo al modo natural de comunicación con la cual se supone se construye la sociedad entre seres humanos que les interesa el bien común: la esencia de la política. La comunicación alternativa es entonces en su justa medida, una comunicación radical porque apunta precisamente a los fundamentos de la comunicación entre humanos en tanto que “animales políticos”.

Por todo lo anterior, quien se empeñe en desarrollar la comunicación alternativa no tiene otra opción que explorar criticamente los instrumentos que la comunicación de masas tiene y ejercer un proceso de revolución que no siempre es la simple puesta al servicio de lo alternativo las armas melladas de la comunicación de masas. El proceso creativo, innovador y apostar en ello algo más que un producto, una forma de vida es lo que nos va enseñando la experiencia que recientemente ha sido reconocida por su trabajo en la edición y divulgación del pensamiento de un hombre que marcó la presencia de Venezuela en el pensamiento crítico desde el ejercicio de la política. El Chávez Radical, como programa premiado pone el acento no sólo en el producto sino en los caminos y surcos que conducen a ese producto que nos hace sentir orgullosos de la juventud venezolana de este comienzo de siglo.

Podremos decir que el contratiempo de la idiotez, es sencillamente una comunicación radical: Ejercicio de lo común de todos, la razón, para la definición de un mundo común para todos. Por eso, Tatuy TV es entonces, un bienvenido contratiempo.

Emergencia: Cuando los partidos políticos se piensan lo comunal como espacio de ejercicio de poder, secuestran el poder de los de abajo para el usufructo del oportunismo.

A Tiempo: Los países guiados por la agenda neoliberal no tienen otra posibilidad que instaurar el terror en nombre de defender la nación del terrorismo de los excluidos.

Allende: Una frontera que decide separar padres de hijos, sólo es posible porque definitivamente la idea de humanidad les es ajena. De esos, se debe esperar todo.

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