[CRÓNICAS RADICALES] El Señor «M»

El señor «M» trabaja. Vigilante, portero, un poco de conserje, y otro tanto de técnico de ascensores son solo algunas de sus labores en el edificio comercial para el cual labora. Todo ello por sueldo mínimo durante una jornada que casi alcanza las 12 horas diarias, seis de los siete días de la semana.

Estas 12 horas no incluyen el tiempo de traslado desde su vivienda hasta el sitio de trabajo, que puede oscilar, dependiendo de la actitud y disposición de las mafias transportistas de este estado, entre una y dos horas de ida y otra(s) más de regreso.

Aún a pesar de todo esto el señor «M» saluda, sonríe, conversa, y es atento, amable y en algunas ocasiones hasta jovial mientras cumple con sus diversas labores, todas ellas con puntualidad y eficiencia.

Haciendo las cuentas, nos da un total de hasta 16 horas diarias que al señor «M» insume 6 días a la semana en «trabajar». Hemos descubierto así de qué es la «M», pues de MAGO, pues como en el clásico truco de los pañuelos, el señor «M» saca de su manga, horas y horas de su vida, en una ilusión de infinitud.

Pero todos sabemos que no hay recurso más escaso que el tiempo, y es inexorable preguntarse: ¿Cuándo comparte con su familia?, ¿En qué momento compra sus alimentos?, ¿Tendrá tiempo para alguna distracción?, ¿Atiende su salud?, en general: ¿Qué tiempo realmente dedica el Mago a vivir?.

La realidad del señor «M» no es especial ni novedosa, es una lucha que desde hace siglos vienen librando miles de millones de trabajadores contra «el capital». El señor «M» no está solo, el trabajo echa raíces que lo conectan con toda la masa mundial de explotados, y que a pesar de todo, los hace nobles, los hace conscientes, los hace útiles.

Rescatemos nuestras raíces más humanas… Seamos Radicales como «M».

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