[CRÓNICAS RADICALES] La turma de la Carvalho, contra el colono latifundiario.

Amanece en el km 15 de Ituberá, zona rural al sur del estado de Bahía, no paró de llover en toda la noche, el olor a tierra mojada se mezcla con el aroma del café del campo. Más de 25 estudiantes, en su mayoría mujeres negras e indígeneas, de la nueva Escuela Técnica y Agroecológica Luana Carvalho (que atiende más de 250 jóvenes) caminan largos tramos bajo la lluvia. Vienen de distintos asentamientos, mientras se acercan a la Escuela, el barro, la lluvia, la tierra, los caminos que pisan, les van perteneciendo, no hay latifundio en el km 15.

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Josinei Hipólito es el nombre que decidieron para el sector, desde que está en manos de 60 familias campesinas (1997), en honor a un combatiente del Movimiento de Trabajadores rurales Sin Tierra (MST). Movimiento del que todas, ahora con tierra, se sienten parte. Desde la ocupación hasta ahora acompañan la transformación que diariamente ocurren, cambiando y mejorando sus relaciones en las distintas dimensiones de vida. En una zona que combina otros asentamientos similares del MST, con territorios que son ocupados por pequeños productores independientes, e incluso con algunos extensos latifundios pertenecientes nada menos que a las transnacionales Oderbrecht y Micheline.

La educación, una de ésta dimensiones, es las que las mueve hoy, la lluvia no evitará que se junten para emprender un viaje que para muchas es inédito. ¿El destino?, La ciudad de Salvador, primera capital histórica del Brasil, actual capital del estado de Bahía, y una de las ciudades más grandes del país, a menos de 200 km de distancia de su comunidad, pero desconocida por muchas de ellas.

No cualquiera viaja en Brasil, el combustible tiene uno de los precios más altos de la región, más de 1 U.S. Dólar $ por litro. Las empresas privadas que ofrecen servicio de transporte al público, tienen precios muy elevados para las personas de bajos recursos. Esto hace más marcada las distancias entre los centros y las periferias.

¿El Motivo? Una visita a la Universidad Federal de Bahía (UFBA), una de las más importantes del país. Salvador es la ciudad no africana que reúne la mayor población negra del mundo, y aun así, siendo pública la UFBA, la gran mayoría de sus estudiantes y egresados, han tenido pieles blancas, la cromática del poder (como diría Adolfo Albán) es muy clara en Brasil, la clase y el color de piel van claramente ligados, el acceso a la educación superior, se lo reserva la clase/raza/género que históricamente ha ostentado el poder económico y político.

No sólo van de visita, sino a reclamar el lugar que les pertenece. En el gobierno de Lula, se lograron algunas reformas que aseguran una cuota en la matricula de las universidades públicas para los sectores indígenas, negrxs, y periféricos. Cuesta entender como una ciudad mayoritariamente negra, la más afro fuera de tierra africana, precise una ley que les reserve a éstos una cuota en la educación pública universitaria. Lo que no cuesta entender, en cambio, es otra de las razones por las que sigue injustamente detenido, e invalidado como candidato, el expresidente del partido de los trabajadores.

El bus, se llena de lodo, por dentro y por fuera, se desliza por los fangosos y abandonados caminos hasta Ituberá, allá espera otro bus, luego un ferry y otro bus hasta el Rectorado de la UFBA, en todo el camino no se paró de cantar, las canciones son la mejor muestra del poder de lo lúdico en la pedagogía, sus letras resumen sus historias, luchas y banderas. También modifican las letras de canciones «de moda» y la resignifican, cambian todo lo suceptible a ser cambiado, bailan, y posan para la foto haciendo una perpendicular entre los dedos pulgar e índice, gesto viralizado en la campaña #LulaLibre.

En una de sus canciones resumen con un genio admirable, la metodología de su programa de lucha en 7 tareas: Ocupar, resistir, producir, combatir, estudiar, marchar (para exigir reforma agraria), unir y organizar. Por “Brincadeira” (broma o juego) la militancia agrega siempre alguna más, esta vez Obede Guimarães, referente del sector educación del MST en el bajo sur del estado de Bahía y coordinador de la escuela Luana Carvalho, con sus 2 hijos en el bus (5 y 3 años) se levanta y canta: “nuestra octava tarea es enamorar, y hacer muchxs sintierrinhas para la lucha continuar”.


En el rectorado de la UFBA.

Sin darnos cuenta, ya estamos en el rectorado de la Universidad, un vicerrector de tendencia progresista les recibe, luego una profesora, mujer y negra habla con ellas, le siguen otras estudiantes de sectores periféricos a la capital, de bajos recursos, similares a ellas. Esas universidades que nunca miraron a los campos, están ahí, para ser entonces tomadas por éste. Comienza un recorrido de 4 días, será la primera vez de algunas, en un teatro, un cine, un museo. Dizga vertov, cineasta soviético, decía que “El arte debe ampliar el horizonte de las masas”, no hay duda que para estas jóvenes el horizonte se expande, ahora ven de cerca posibilidades que nunca fueron pensadas. El recorrido incluye una mañana a la tan cercana y a la vez lejana playa, también encuentros y conversas con otros estudiantes, profesores y trabajadores universitarios progresistas, que se juntan para pintar de pueblos las grises paredes de las universidades convencionales.

La turma de la Carvalho, está en Salvador, una ciudad de altos contrastes dónde el desarrollismo a medias se mezcla con los grandes barrios negros y las viejas y deterioradas edificaciones históricas. Ante sus ojos se devela ese arcoíris de posibilidades y contradicciones. Ellas sabrán ver más allá del manto de concreto y mar, buscar las raíces de lo que le muestra la ciudad, Pues finalmente la educación popular de la Luana Carvalho, es Radical.

Yo debo irme a otro lugar, a seguir conociendo gente, luchas e historias. Atardece en Salvador, bien al este del continente, el sol se guarda más temprano, el cielo aún entre azul y gris ya muestra su estrella más grande. Mientras la miro y camino, quedan sonando en mi cabeza y corazón las voces de Chico y Anaterra, los niños del bus cantando: “Brilha no céu, a etrela do Che, nós somos sintierrinhas do MST”.

fotos y texto: Fabricio Ernesto / Tatuy Tv

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