[LUCHAS] La vivienda como derecho y no como mercancía

El Movimiento de Inquilinas e Inquilinos de Venezuela es hoy día una de las organizaciones más combativas del poder popular. Parte de la plataforma del Movimiento de Pobladoras y Pobladores, ha tenido una trayectoria activa de defensa de lxs inquilinxs venezolanxs, así como una visión clara del horizonte: la vivienda como derecho y no como mercancía.

En esta entrevista, Rigel Sergent, vocero de la organización, nos ofrece un balance de las luchas de lxs inquilinxs venezolanxs. Hablamos de la historia del movimiento, los principales frentes de lucha, la pandemia del covid-19, las respuestas del gobierno y los retos por delante.

El Movimiento de Inquilinxs es una organización popular reconocida, tanto por su trabajo como por su solidaridad hacia otros sectores en lucha. ¿Puedes hablarnos un poco de la historia del movimiento?

Primero hay que reconocer que nosotrxs no somos el primer movimiento que lucha por las reivindicaciones de lxs inquilinxs. Hubo algunas expresiones en la década de los 90, principalmente en el Este de Caracas, Municipio Chacao. Pero estas organizaciones no se mantuvieron en el tiempo.

logo inquilinxs

La situación cambia con la llegada del Comandante Chávez. Nosotrxs también somos un parto de este proceso de participación de la gente, y de masificación de los movimientos sociales y del poder popular.

Nos comenzamos a organizar en 2005 y tuvimos un proceso de acercamiento con otras organizaciones de base, principalmente con los Comités de Tierra Urbana (1). Esto luego conllevó a la conformación de la plataforma del Movimiento de Pobladores y Pobladoras, de la cuál formamos parte. Yo creo que este es un punto positivo e importante de nuestra organización, porque le dio un carácter de clase a nuestra lucha. Más allá de lo reivindicativo, que es necesario, dimos un salto a lo político. Empezamos a vernos no como inquilinxs de clase media, sino como clase trabajadora, como los excluidos de la ciudad, que se enfrentaban a otros intereses, de clase.

¿Cuáles son los principales frentes de lucha de los inquilinxs venezolanxs?

El primero es el tema de los desalojos. La lucha contra el desalojo es central, porque detrás de los desalojos se esconde la mayor contradicción del sistema, que tiene que ver con nuestra principal consigna: la vivienda como derecho y no como mercancía. Defendemos la vivienda no solo como un derecho en el marco burgués sino como uno de las principales fuentes de vida. La alimentación, educación, la salud y la vivienda, diría que son ejes fundamentales para la reproducción de la vida en sociedad.

Otro frente de lucha es contra la especulación inmobiliaria, que también refleja este tema de la vivienda como derecho o como mercancía. El sistema de arrendamiento a nivel mundial está regido por las grandes inmobiliarias. Grandes conglomerados empresariales, por ejemplo el grupo Blackstone, el cual contribuyó a la burbuja inmobiliaria en España. Nosotrxs, gracias a la lucha, hemos sido un muro de contención para frenar el poder de las inmobiliarias en Venezuela. Los consorcios sí existen en el país, ligados también con la especulación financiera. Grandes apellidos como Velutini, que es uno de los empresarios más ricos de Venezuela, o los Cohen que manejan centros comerciales como los Sambil.

Nuestro movimiento propone generar un sistema de arrendamiento distinto. No planteamos desaparecer el arrendamiento, sino crear un modelo que garantice que la vivienda no sea tratada como una mercancía. Es un debate difícil porque también pone en disputa la visión desde el Estado, si el Estado debe alquilar o no.

Y otro frente de batalla, que ha sido muy relevante, incluso diría que para todo el Movimiento de Pobladores (2), es el tema jurídico. Siempre ha sido una de nuestras herramientas de lucha, y hemos luchado contra un sistema jurídico institucional y judicial montado precisamente para defender la vivienda como mercancía. Una visión distinta sobre la vivienda pasa también por un sistema jurídico distinto, que tratamos de ir construyendo. Esto requiere la creación de nuevas leyes, que sustenten la vivienda como un derecho, por ende hemos tenido muchas iniciativas.

¿Puedes darnos algunos ejemplos?

La primera fue un decreto contra los desalojos a nivel de Caracas, que fue durante la gestión de Jorge Rodríguez. Fuimos la primera ciudad del mundo en declararse una ciudad libre de desalojos. Luego, el Movimiento de Pobladorxs tuvo una reunión muy importante con el Comandante Chávez, el 11 de enero de 2011. Logramos hacer una ley de arrendamiento distinta, fue una ley hecha por el poder popular, luego de un proceso de recolección de más de 400 mil firmas. También logramos la aprobación por ley habilitante de un decreto contra los desalojos.

No se trata simplemente de hacer leyes, sino también de quienes operativizan estas leyes. Hay una disputa constante con las instituciones públicas del Estado venezolano para que estas reconozcan y pongan en práctica las leyes hechas por el poder popular. Parte del problema viene del sistema educativo, dónde a los abogados y abogadas les enseñan a como desalojar a una familia pero no a impedir un desalojo, y eso luego se refleja en las instituciones. Entonces la nueva institucionalidad pasa también por la formación de los profesionales.

Quizás uno de los temas más polémicos, en lo que respecta a la lucha por la vivienda como derecho tiene que ver con las ocupaciones. ¿Cómo es la situación en Venezuela?
torre david
La Torre de David en Caracas fue la más grande ocupación en su momento (Movimiento Inquilinxs)

Una de las organizaciones que forma parte de la plataforma del Movimiento de Pobladores es el Movimiento de Ocupantes de Edificios Organizados de Venezuela. Esto ha sido difícil en nuestra organización, incluso tuvimos una división por juntarnos a una plataforma que incluía los ocupantes. Algunxs inquilinxs tienen posiciones de clase media y empiezan a confrontarse contradictoriamente con sectores que al final se parecen mucho a nosotrxs.

Nosotrxs reivindicamos la vivienda como un derecho, creemos que eso también se da en el marco de las familias que por necesidad recuperan y ocupan edificios que fueron abandonados por el capital. Este fue el proceso que se dio en Venezuela como en muchos otros lugares. Hace unos meses hicimos un taller de auto-formación con las ocupaciones, y descubrimos que de las familias que ocuparon viviendas, muchas venían de la clase trabajadora en el sector informal. Lo que comúnmente llamamos buhoneros. Sin embargo, cerca de 30% de las familias que ocuparon esos inmuebles son personas inquilinas que les subieron demasiado los cánones de arrendamiento o fueron desalojadas. Entonces es una misma historia, una misma raíz, los mismos enemigos, y por ende una misma lucha.

¿Hablando de la coyuntura actual, qué lecciones podemos extraer de la actual situación ocasionada por la pandemia del covid-19? ¿Y de una perspectiva más específica, cómo lo ven los movimientos de inquilinxs de Venezuela y el mundo?

Yo creo que el coronavirus, a nivel mundial, ha puesto en evidencia las contradicciones de un sistema capitalista que es injusto, excluyente. El sistema del capital que predomina y es hegemónico a nivel mundial. Y hemos visto no sólo gobiernos progresistas sino también neoliberales como han tenido que tomar medidas que van en contra de los intereses del capital. Por ejemplo la suspensión de pagos de alquileres, o la prohibición de desalojos.

De toda crisis, como esta del coronavirus, también surgen oportunidades. El coronavirus ha puesto en evidencia lo que nosotrxs hemos reclamado durante tantos años. Es injusto que desalojen a personas de las viviendas, es injusto que se mercantilice la vivienda, y por eso ahora a nivel mundial se han tomado medidas. En Europa, organizaciones de España, Italia, con las cuáles hemos intercambiado ideas, están planteando iniciativas para que no se paguen los cánones de arrendamiento. Y evidentemente también para que no se desalojen a las personas. También hay iniciativas en EEUU, donde el tema de la vivienda es muy complicado. En Argentina y Paraguay, donde también tenemos articulaciones, se están organizando esfuerzos similares, solicitando respuestas de los gobiernos.

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Asamblea de Inquilinxs (Movimiento de Inquilinxs)
Uno de los anuncios económicos del Presidente Maduro ante el coronavirus fue precisamente la suspensión de los alquileres. ¿Cuál es la reacción del Movimiento de Inquilinxs?

Nosotrxs luego del anuncio hicimos un comunicado apoyando la medida del presidente. En este momento hay entre 600 y 700 mil familias que viven alquiladas en Venezuela (según la Cámara Inmobiliaria y el último censo oficial, respectivamente). Así que estamos hablando de cerca de 2 millones 500 mil personas protegidas por esta medida. Además los alquileres vienen sufriendo de un proceso de dolarización, aunque la ley lo prohíba.

Nuestra organización también se ha reunido con el Ministro de Habitat y Vivienda Ildemaro Villarroel, que se nos acercó pidiendo nuestro aporte. Uno de nuestros planteamientos fue que se impidieran los desalojos que vienen aumentando por la dolarización. En el primer cuatrimestre de 2019 hubo más de 8 mil desalojos arbitrarios a nivel nacional. Entonces reactivamos un sistema de protección del derecho a la vivienda que está previsto en la ley, y así hemos detenido a principios de este año los desalojos arbitrarios. En ese sentido, junto a la suspensión de los cánones de arrendamiento, la suspensión del artículo 91 de la Ley de Regulación y Control de los Arrendamientos, la cual salió en gaceta oficial, y que estipula las posibles causas de desalojo. Ahora el próximo paso es coordinar con la SUNAVI y los organismos de seguridad para atacar el tema de los desalojos.

Otra propuesta nuestra que me gustaría mencionar es la protección de los pequeños propietarios en esta coyuntura. La ley diferencia entre los pequeños propietarios, que son dueños de una o dos viviendas en alquiler, y el multi-propietario que generalmente es dueño de uno o varios edificios. Entendemos que los pequeño propietarios, si demuestran que su economía depende de estos alquileres, deben recibir una protección a través del Carnet de la Patria. Y otra prioridad son los trabajadores, y principalmente trabajadoras residenciales, ya que estas al ser desalojadas pierden tanto su trabajo como su vivienda. Entonces hay que buscar una protección para estas trabajadoras y sus familias.

¿En este contexto de pandemia y cuarentena, cuáles dirías que son los principales retos para los movimientos populares en Venezuela?

El principal reto del movimiento popular es seguir fortaleciendo la unidad de los movimientos sociales y de la lucha manteniendo el distanciamiento social. En otras palabras, el movimiento popular tiene que seguir siendo solidario pero cumpliendo con las medidas que ahorita se exigen para evitar la propagación del virus. Por ejemplo, movimientos feministas como la Araña Feminista o Tinta Violeta están creando articulaciones para combatir la violencia contra la mujer en esta coyuntura. Otro reto es reproducir y masificar experiencias de producción y distribución, tenemos como ejemplos la Comuna El Maizal, o el Plan Pueblo a Pueblo.

Esto serían retos tácticos. El reto estratégico tiene que ver con lo que discutíamos antes. Ante las contradicciones que hoy todo el mundo ha visto, que son innegables hasta para los que no sean socialistas ni chavistas, tenemos un gran desafío. ¿Cómo ante esta coyuntura del coronavirus ponemos a disposición de la sociedad las herramientas que el poder popular ha desarrollado para relacionarse de una forma distinta? Hablamos de la solidaridad, la participación, la toma de decisiones colectiva, etc. Por ejemplo, nosotrxs lxs inquilinxs cuando vamos a parar un desalojo esa es una forma solidaria de estrechar la mano a quienes lo necesitan. O por ejemplo los Campamentos de Pioneros del Movimiento de Pobladorxs no solo construyen viviendas sino que plantean la construcción de nuevas comunidades donde la auto-gestión sea transversal. ¿Cómo utilizamos esas herramientas en la construcción de nuevas relaciones sociales?

Rigel Inquilinxs
Rigel Sergent (de rojo) en una protesta. (Movimiento de Inquilinxs)
Notas

(1) Los Comités de Tierra Urbana fueron de las primeras expresiones de poder popular que surgieron en la Revolución Bolivariana. Nacieron en 2002 con el objetivo de regularizar la tenencia de la tierra en zonas urbanas y periurbanas, principalmente en los barrios.

(2) El Movimiento de Pobladoras y Pobladoras es una plataforma de lucha en el terreno urbano que agrupa: los Comités de Tierra Urbana, las Trabajadoras Residenciales de Venezuela, los Campamentos de Pioneros, el Movimiento de Inquilinas e Inquilinos, el Movimiento de Ocupantes de Edificios Organizados y el Frente de Grupos Organizados Por El Buen Vivir.

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