[OPINIÓN] El fantasma de la NEP

La coyuntura económica que atraviesa la Revolución Bolivariana en los últimos años, ha despertado un caluroso debate en torno a las políticas económicas que debe tomar el gobierno para superar la crisis actual, así como alrededor de la economía política de la transición del capitalismo rentístico al socialismo. Lamentablemente este debate no ha alcanzado a expresarse de la misma forma en el seno del gobierno, el partido y la Asamblea Nacional Constituyente.

Sin embargo, emana del debate librado desde la izquierda venezolana, y no en pocas ocasiones, un esquema de comparación entre el viraje emprendido por el gobierno bolivariano y la polémica Nueva Política Económica (NEP) orientada por el Partido Comunista de Rusia y puesta en práctica por el gobierno soviético desde 1921 hasta 1929. El símil mencionado busca en buena medida justificar y validar las medidas económicas del gobierno, acudiendo a Lenin, uno de los más radicales revolucionarios de la historia, como argumento de autoridad.

Varias consideraciones deben ser tomadas en cuenta para intervenir en ese esquema de comparación desde las implicaciones y lecciones que se desprenden de la experiencia soviética en la aplicación de su Nueva Política Económica:

– La Revolución Bolchevique conquistó el poder en medio de la primera guerra mundial, en la que el ejército ruso sufrió millones de bajas y un sin fin de calamidades que sometieron a su pueblo al hambre, las pandemias y el sufrimiento. No hubo descanso. Al triunfo de la Revolución Bolchevique en 1917, le sucedió la agresión de catorce potencias extranjeras y la explosión de una guerra civil, desolando a la nación eslava que después de tres años y medio, terminaba en la ruina y extenuada por la tragedia de la guerra.

– La guerra exigió lógicamente la aplicación de medidas de guerra; y en ese sentido, la dirección bolchevique implementó a partir de junio de 1918 un programa político y económico al que denominaron Comunismo de Guerra, con el que aceleraron el control soviético sobre los medios de producción, la planificación económica, la nacionalización de la banca, las tierras, la industria y el comercio exterior, la confiscación de excedentes agrícolas, entre otras medidas que buscaban satisfacer de la forma más apremiante, justa y equitativa las necesidades del pueblo en medio de la guerra. El Poder Soviético logró derrotar a las catorce potencias extranjeras y aniquilar a la burguesía rusa.

– Sobre la base de la impresionante victoria militar pero en medio de alarmantes penurias sociales, extenuación de la clase obrera, descontento de la clase campesina y agotamiento de la militancia, en marzo de 1921, el Partido Comunista de Rusia se reunió en su décimo congreso para discutir, entre otras cosas, la Nueva Política Económica en cuestión. En su discurso inaugural, el propio Lenin exhortaba a la militancia bolchevique a abordar el programa del congreso de forma ferviente e irreverente: “Camaradas, hemos vivido un año excepcional, nos hemos permitido el lujo de abrir discusiones y controversias dentro de nuestro partido. ¡Para un partido que está rodeado de enemigos poderosísimos y fortísimos, enemigos que agrupan a todo el mundo capitalista, para un partido que lleva una carga inaudita, este lujo ha sido verdaderamente asombroso! (…) en este Congreso, debemos adoptar un lema, proponernos un fin y una tarea principal, que debemos llevar a cabo cueste lo que cueste: salir de la discusión y controversias más fuertes que cuando las empezamos”1. Igualmente convocaba a “salir del presente Congreso, en todo caso, con una unidad del partido más sólida, más unánime y sincera.”2

– Lenin partía del principio ético de asumir la actividad política con el coraje de la verdad: “Yo no hago juegos de manos con las consignas, sino digo a las masas la verdad en cada viraje de la revolución, por muy pronunciado que éste sea”3. Con ese mismo espíritu asumió con responsabilidad y valentía el repliegue táctico que significó para el poder soviético la aplicación de la NEP “debemos plantear el asunto en toda nuestra propaganda y agitación con entera sinceridad. Las gentes que conciben la política como mezquinos artificios, rayando a veces en el engaño, deben encontrar por nuestra parte la condenación más resuelta. (…) No se puede engañar a las clases. Durante tres años hemos hecho mucho para elevar la conciencia política de las masas. Donde más han aprendido éstas es en la lucha áspera. De acuerdo con nuestra concepción filosófica del mundo, con nuestra experiencia revolucionaria de decenios enteros y con las enseñanzas de nuestra revolución, necesitamos plantear los problemas directamente…”4.

– Lenin consecuentemente se refirió al viraje, sin eufemismos ni edulcorantes, por su nombre y apellido: Capitalismo de Estado. Esta política económica buscaba paliar los errores cometidos en el período de comunismo de guerra: “Hemos cometido muchas faltas, yendo demasiado lejos: hemos ido demasiado lejos por el camino de la nacionalización del comercio y de la industria, por el camino de cerrar la circulación local de mercancías ¿Ha sido un error? Sin duda alguna”5. Esta revisión obligaba a asumir el Capitalismo de Estado como una medida táctica, después de la avanzada de aceleración socialista que experimentó el comunismo de guerra, lo que llevó a Lenin y a la dirección bolchevique a preguntarse: “¿Se puede (…) hablando teóricamente, restaurar hasta cierto punto la libertad de comercio, la libertad del capitalismo para los pequeños agricultores, sin socavar las raíces el poder político soviético?”6. La NEP intentó responder a esta pregunta generando una serie de polémicas concesiones capitalistas que identificaron como necesarias para la recuperación económica de la República Soviética, con la intención de propulsar con mayor fuerza el camino hacia el Socialismo que se mantenía como su horizonte estratégico.

– La NEP constituye entonces un retroceso momentáneo en el que se acude al mercado y a viejas relaciones de producción capitalista para recobrar fuerzas y retomar el camino socialista. Pero en medio de este proceso, Lenin muere. Su vida no le alcanza para cambiar el rumbo signado por la NEP, no exenta de múltiples contradicciones que el propio Lenin empezó a identificar y que generó a posteriori, debates y polémicas entre la militancia bolchevique, sobre las desviaciones que se inoculaban en las fibras del poder soviético. A propósito de ello el Che nos comenta: “En los últimos períodos de la vida de Lenin, leyendo con atención, se observa una gran tensión; hay una carta muy interesante al Presidente del Banco, donde se ríe de presuntas utilidades de éste y hace una crítica de los pagos entre empresas y las ganancias entre empresas (papeles que pasan de un lugar a otro). Ese Lenin, agobiado también por las divisiones que ve dentro del partido desconfía del triunfo. Aunque sea algo absolutamente subjetivo, me da la impresión de que si Lenin hubiera vivido para dirigir el proceso del cual era el actor principal y que tenía totalmente en las manos, hubiera ido variando con notable celeridad las relaciones que estableció la Nueva Política Económica”7, que pasó de ser una medida momentánea a un camino estratégico “donde se pretende una legitimación histórica del mercado como vital para una sociedad post-capitalista”8.

 – Ya el Che vaticinaba el devenir histórico de la intoxicación capitalista producida por la NEP: “…todo el andamiaje jurídico económico de la sociedad soviética actual [1965] parte de la Nueva Política Económica; en esta se mantienen las viejas relaciones capitalistas, se mantienen las viejas categorías del capitalismo, es decir, existe la mercancía, existe, en cierta manera, la ganancia, el interés que cobran los bancos y, naturalmente, existe el interés material directo de los trabajadores”9.

Muchas son las enseñanzas que se desprenden de esta experiencia histórica. Para la Venezuela Bolivariana, queda asimilar dialécticamente estas enseñanzas, y no pretender comparaciones mecanicistas que sólo sirvan para legitimar el viraje emprendido por el gobierno, que lejos de parecer una política táctica y momentánea, parece más una salida estratégica y programática.

(1) y (2) Lenin, V.I. “X Congreso del PC(b) de Rusia. Discurso Pronunciado al inaugurarse el Congreso el 8 de Marzo”.

(3) Lenin, V.I. “Realpolitik y la política de la verdad”. https://tatuytv.org/index.php/analisis-y-opinion/teoria-revolucionaria/2261-realpolitik-y-la-politica-de-la-verdad

(4), (5) y (6). Lenin, V.I. “X Congreso del PC(b) de Rusia. Informe sobre la sustitución del sistema de contingentación por el impuesto en especie”.

(7) y (9) Guevara, Ernesto. “Algunas reflexiones sobre la transición socialista”. http://www.lahaine.org/amauta/b2-img/CheFideltransicion.pdf

(8) Kohan, Néstor. “El Che Guevara frente a Lenin y la revolución bolchevique”. https://www.lahaine.org/mundo.php/el-che-guevara-frente-a

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