[OPINIÓN] No entreguemos la esperanza socialista

Recientemente en el marco de la Feria Internacional del Turismo 2018, la ministra de turismo Stella Lugo, en medio de una rueda de prensa declaraba su regocijo al catalogar la jornada como “realmente extraordinaria” e informar que la feria “es el espacio para el sector turismo dónde más del 80% de los convocados son empresas privadas”1. El éxito al que se refiere la ministra, por la participación creciente del capital nacional y transnacional no sólo en los stands de la feria, sino en todo el sector turístico venezolano quizás se acompañe del paulatino proceso de privatización de la red estatal de hoteles Venetur2 que desde 2017, viene negociando el gobierno nacional con grupos empresariales, con eufemismos como los de alianzas estratégicas, proyectos de rehabilitación y operación, convenios de cooperación, etc., bajo condiciones y términos desconocidos pero tendientes a transferir cada vez más competencias y beneficios a los privados. O quizás lo “realmente extraordinario” de la feria haya sido el sorprendente anuncio que vía twitter hiciera el presidente Maduro3, al afirmar que en Marzo del 2019 los preciados territorios de Los Roques, La Tortuga, Archipiélago Las Aves, Margarita, Morrocoy, Canaima y Mochima se someterán a negociaciones con el capital transnacional. ¿Qué condiciones exigirán estos inversores? ¿Volverán a convertirse en exclusivos destinos turísticos?

Ese culto al mundo empresarial y al “emprendimiento” privado que se respira en esas ferias, parece constituirse como la vía escogida por el gobierno para la recuperación económica nacional. Frente a la idea que supone una insuficiente disposición de divisas para garantizar las importaciones de bienes de consumo y acometer las inversiones necesarias para la reactivación del aparato productivo nacional, no queda más que entregarse a los brazos del capitalismo y devolver al mercado todo lo que se le quitó de las manos, e incluso ofrecer disculpas por los daños causados con las nacionalizaciones. Sin embargo, la “insuficiente disposición de divisas” es una idea que merece someterse a cuestionamiento en vista de la escasa información suministrada,  y de la tendencia compulsiva a seguir transfiriendo dólares a los privados, que ni importan, ni invierten, ni producen, pero bueno, el gobierno insiste en que serán los empresarios nacionales, nacionalistas, revolucionarios y socialistas quienes nos sacarán de la crisis y nos llevarán por la senda del postrentismo capitalista.

Lo cierto es que frente a un creciente colapso de las empresas estatales, de los servicios públicos, de los organismos fiscalizadores, del BCV como autoridad monetaria, y del estado en su conjunto, el mercado y sus lógicas ganan terreno y penetran ámbitos de la vida en un complejo proceso de subsunción capitalista; tras debilitar la capacidad del estado de garantizar la reproducción material de la sociedad, debilitamiento que no sólo viene siendo provocado por la agresión imperialista y sus acólitos venezolanos, sino por las corrientes capitalistas dentro del propio gobierno, representadas por funcionarios de alto nivel devenidos en empresarios, que responden a nuevos intereses de clase y  trabajan en favor del capital nacional y transnacional que engorda con lo que succiona justamente al estado, y que además tarde o temprano termina comprando a precios de gallina flaca, las empresas y activos que ellos mismos contribuyen a quebrar.

La parálisis que hoy vive el gobierno, el protagonismo alcanzado por los empresarios, y el colapso económico que padece el pueblo parece ser la receta perfecta para optar por el neoliberalismo como la única ruta posible, mientras que el pueblo sucumbe, por un lado, a la desmoralización que supone el distanciamiento del gobierno del pensamiento de Chávez y del Socialismo como proyecto, y por el otro ante la necesidad de sobrevivencia, optando por alternativas comerciales y financieras de todo tipo, debido al desvanecimiento del salario real, convertido en el segundo más bajo del mundo4. Así se van rompiendo las resistencias subjetivas y objetivas, la resignación y la desesperanza terminan ablandando incluso a los y las más firmes militantes, quienes incluso pueden llegan a aceptar al libre mercado como remedio a la enfermedad que tiene al pueblo arrodillado, que renuncia a la labor colectiva y organizativa que venía promoviendo el chavismo de otrora, optando ahora por la resolución individual de sus problemas y diluyendo así las metas sociales que nos movilizaban como pueblo.

El impacto material de la crisis nos desmoviliza tanto como la percepción que construimos a partir de ella. La no publicación de información por parte del gobierno revela también una infructuosa intención de ocultar los efectos nefastos de la crisis venezolana, que permitan escudriñar las causas de la misma, que terminaría hundiendo a los empresarios, banqueros, comerciantes, terratenientes y burócratas corruptos, como únicos responsables de depauperar a nuestro pueblo con la anuencia y complicidad del gobierno que insiste en procurar acuerdos, negociaciones y pactos con los enemigos de esta fulana “guerra económica”.

La Feria Internacional del Turismo 2018 es sólo una cara de la restauración de la voracidad capitalista, que aprovecha el descalabro que vivimos para abrirse paso y reinstalar su lógica explotadora.

Resistamos al hambre y la desesperanza. No olvidemos la constitución rebelde y la vocación revolucionaria que como pueblo nos ha llevado a derrotar imperios y traiciones. Que la resignación no nos congele. Que la llama que encendió Chávez no se apague. No entreguemos la esperanza socialista.

1 http://www.radiomundial.com.ve/article/fitven-2018-firm%C3%B3-convenios-por-m%C3%A1s-de-1800-millones-de-d%C3%B3lares

2 https://www.panorama.com.ve/politicayeconomia/Gobierno-nacional-recuperara-red-de-hoteles-Venetur-con-inversion-privada-20170509-0031.html

3 https://twitter.com/NicolasMaduro/status/1067211512551546885/photo/1

4 http://www.15yultimo.com/2018/11/20/90-dias-de-reconversion-y-un-ano-de-hiperinflacion/

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