[COLUMNA PRESTES] El nuevo despertar de las luchas populares en Nuestra América, a dónde nos lleva?

Más allá de las jodas, los chistes sobre las fotos de Tintori y “del súper bigote, súper correa o del súper foro de Sao Paulo” todas estas partes integrantes del “silencio parecido a la estupidez” del que nos advirtiera Galeano en Las Venas Abiertas de America Latina.

La escena social latinoamericana nos muestra un cuadro de convulsiones y movilizaciones populares del que debemos leer con detenimiento y extraer su gran mensaje.

  • En Ecuador el movimiento indígena y popular reacciona contra la aplicación de un paquete neoliberal. La punta de lanza fue el incremento de más de 100% de la gasolina y el diesel y la imposición de una reforma laboral que agudiza aún más la tensa estabilidad de los trabajadores.
  • En Haití seis semanas de enormes actividades de protesta ante la creciente miseria y corrupción del gobierno exigen la renuncia del presidente Juvenal Moise.
  • En Chile la huelga, la movilización, el estallido social pega contra la pared a la política económica del gobierno de Piñera y su santa alianza con el FMI.
  • En Perú un severo desgaste de las estructuras políticas no puede dar respuesta a la crisis económica abriéndole las puertas a un vacío institucional, enfrentamientos y movilizaciones de calle.
  • En Colombia se anuncian paralizaciones y huelgas laborales, lo mismo en Guatemala, Honduras, Brasil y se extiende a la totalidad de nuestro continente poniendo a temblar a los gobiernos y estructuras estatales de cada nación.

Se trata de la crisis general del capitalismo y sus efectos sobre nuestras economías neocolonialmente dependientes, las mismas que entran en recesión ante la caída de los precios de las materias primas forzada por las oligarquías financieras imperialistas como mecanismo para evitar el descenso de sus cuotas de ganancias, lo que abre un período de inestabilidad, ajustes económicos y endeudamientos en la región que además aprovecha el capital transnacional para apalancar su dominio y posesión sobre importantes recursos naturales, minerales, energéticos y de activos estatales.

La tendencia a los endeudamientos y la desposesión conlleva al grueso de los gobiernos latinoamericanos a implantar importantes recortes sociales y laborales. Así van estrangulando las condiciones de vida de los pueblos. Estos recortes se imponen por la vía de la negociación y la presión a los gobiernos de derecha. Y por otro lado a Cuba, Nicaragua y Venezuela se imponen a través del bloqueo financiero y comercial, haciendo cada vez más duras las penalidades de los pueblos latinoamericanos que, ante a la calamidad, optan por rebelarse en claros estallidos y movilizaciones.

Estas movilizaciones populares se enfrentan y van desbordando a las contenciones policiales y militaresm forzando a que los gobiernos pidan taimas, diálogos, busquen ganar tiempo. En ese momento, cuáles son las opciones de las alternativas movilizadas? La reforma (caso Ecuador) determinadas por 1. Las limitaciones o desgaste que puedan tener las protestas, 2. Que no hayan podido romper la unidad gobierno/ fuerzas armadas. En estas condiciones, la protesta, antes de llegar a su límite, puede apuntar a conquistar la derogación de las medidas económicas que despertaron la indignación popular y organizarlas hacia posteriores cauces electorales (caso CONAIE– Ecuador).

La revolución determinada por el incremento inaudito de los descontentos que se van sumando a las protestas comprometiendo la gobernanza, y van forzando el quiebre de la unidad (gobierno/fuerzas armadas) entonces en ese momento, la protesta puede avanzar a forzar la renuncia del presidente y la convocatoria de elecciones presidenciales e incluso la vía constituyente (caso Chile).

Ya veremos cómo se desarrollan estos acontecimientos, mientras a la par, los progresismos que habían sido barridos o disminuidos por la crisis, nuevamente comienzan a ganar elecciones en Mexico y en Argentina. Buscan presentarse como alternativas frente a las crisis. Estos se conseguirán en seguida con una contradicción ciertamente antagónica, por un lado los endeudamientos y las presiones del imperialismo en la región que luchara con todas sus fuerzas e influencias para que sus intereses prevalezcan sobre el de los pueblos, y por otro lado tendrán que mirar a los ojos a este despertar de los pueblos que lucha para hacer retroceder la política del saqueo, el despojo y la miseria promovidas por el imperialismo.

El cuadro es de crisis general del capitalismo y de la guerra entre bloques imperialistas (Estados Unidos contra China) por el reparto de las colonias. Se agotan los términos medios en Nuestra América. Ya decía el comandante Chávez: “Las privatizaciones, la desnacionalización y el neoliberalismo son el camino al infierno«.

Sin embargo, los economistas, el pensamiento liberal, socialdemócrata y de derecha impulsan la idea que no hay más opciones que estas medidas frente a la condición dependiente de nuestras economías. Finalmente tienen razón en esto. No se pueden resolver esta crisis de la dependencia, de las balanzas comerciales negativas, de los endeudamientos, del decrecimiento del PIB en el marco del capitalismo, es necesario salirnos de su marco de consensos, establecer nuevos comandos en la política y en la economía distintos a los de la burguesía que persigan la superación de la dependencia. Estos solo pueden advenir de revoluciones populares que desafíen a las clases dominantes y busquen torcer su dominio.

Y he aquí el papel estelar de las fuerzas revolucionarias de Nuestra América. Luchar, educar, organizar, articular y construir condiciones para una gran revolución latinoamericana, tal y como fue planteado por la generación libertadora (Miranda y Bolívar) dos siglos atrás: “La unidad del mundo nuevo como condición de su emancipación”, esta es la gran impostura a resolver en este nuevo despertar.

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