[COLUMNA PRESTES] La quinta columna busca embestir al chavismo para liquidar el proceso

Ricardo Adrián y Jeison Rondón

Ante la grave situación signada por la crisis capitalista y su expresión en nuestra economía dependiente, el bloqueo y los ataques imperialistas, los ataques de la derecha, los intentos de una fractura institucional, la rebelión de las clases medias, junto a todas estas amenazas para la continuidad del proceso ha saltado y asaltado una quinta columna liquidadora del proceso bolivariano.

La misma ha despojado a la derecha su programa económico presentado en 2015 y en su arrebato de los comandos del poder ha adoptado controversiales medidas económicas caracterizadas por la ausencia de controles a la economía, aperturas al capital privado, congelamiento y estrangulamiento de los salarios, privatizaciones de empresas, servicios, la dolarización de la economía, entre otras, que se nos plantean como las únicas medidas acordes y factibles a la realidad para preservar el proceso, los logros, de la independencia y la soberanía como objetivos de la Revolución Bolivariana.

Ante cualquier observación critica respecto a las características de dichas medidas, se nos ha planteado la contradicción a nivel “antagónico”, se nos ha presentado un falso dilema entre las medidas prácticas de la real política y las aspiraciones, metas y objetivos históricos revolucionarios considerados como “utópicos”.

Se nos acusa a los revolucionarios de oponernos a los “únicos” medios necesarios conocidos para obtener los fines que nosotros mismos proclamamos. Que nuestras aspiraciones flotan entre las nubes, sin pisar lo que se presenta como “la realidad”.

Ante esto, nosotros rescatamos aquel dilema que señalaba Rosa Luxemburgo cuando se preguntaba: ¿Pueden declararse los revolucionarios en contra de las reformas, es decir de las medidas prácticas concretas de la maniobra cotidiana, política, económica, de la lucha de clases? Que es lo mismo decir, que los objetivos están reñidos con los medios? La teoría con la práctica? Y el discurso con la acción? Con Rosa respondemos: por supuesto que no.

Solo los reformistas y los pragmáticos han declarado, no l@s revolucionari@s, que los medios están reñidos con los fines, que las reformas están reñidas con la revolución, que la teoría está reñida con la práctica y el discurso con la acción.

Sólo los reformistas y pragmáticos, sólo la quinta columna liquidadora, frente a las infaltables dificultades de la situación proclaman y gritan a una sola voz: “los fines no son nada, el movimiento lo es todo”, y en el marco de la situación en Venezuela esta consigna significa renunciar al socialismo proclamado por Hugo Chávez para preservar el Estado, renunciar a la confrontación revolucionaria para sortear el asedio imperialista, renunciar a la identidad propia revolucionaria chavista para ganarse a los sectores indecisos e incluso abiertamente hostiles de la sociedad, renunciar a un profundo cambio social para incentivar “la buena marcha económica de lo establecido”, renunciar al espíritu crítico, rebelde popular para mantener el orden y la disciplina, renunciar a los contenidos de un MOVIMIENTO POPULAR HISTÓRICO para mantener su formalidad como gobierno.

Precisamente para mantener la forma de gobierno y mantener a raya al movimiento histórico, la quinta columna usa la infiltración y ha optado por mimetizar y confundir las controversiales decisiones tomadas sobre y para ese escenario (privatizaciones, derogación de los controles, estrangulamiento del salario, restricción de la liquidez, apertura al capital privado etc.) ocultándolas y presentándolas como parte “inevitable” de la grave situación objetiva antes descrita (crisis del capitalismo y su expresión en la economía dependiente, bloqueo y agresiones imperialistas, entre otras).

Como los revolucionarios no hemos separado los objetivos del movimiento, los medios de los fines, nos contamos como los más decididos partidarios del mantenimiento del proceso, de la conservación de los logros y reformas, somos partidarios de detener al imperialismo, de recuperar la economía, de la conservación de la forma gobierno, es por ello que consideramos NECESARIO distinguir claramente la situación de las decisiones tomadas sobre ella y develar con ello a esta quinta columna liquidadora del proceso bolivariano.

Nosotros, denunciamos el carácter contraproducente de las medidas implantadas especialmente a partir del 20 de agosto de 2018 por el Plan de recuperación, crecimiento y prosperidad económica. El desarrollo en la práctica ha demostrado que, más que resolver la situación y superar los obstáculos, los acrecienta, los agudiza. En nuestra preocupación y ocupación por el mantenimiento del movimiento popular, alertamos que esta serie de medidas, proclamadas en nombre de la continuidad de la movilidad, están llevando a la paralización, bancarrota y disolución del Proceso Bolivariano.

El movimiento popular chavista que se movilizó tras las banderas de la democracia, la participación, la soberanía, la independencia y el socialismo, logrando en el fragor de la lucha, conquistas sociales y económicas trascendentales que ampliaron las expectativas de vida de las masas, presencian hoy una grave situación, en que a las dificultades económicas prevalecientes se suman los efectos disolventes de esta serie de decisiones y medidas implementados por la quinta columna.

Ante la crisis mundial del capitalismo y su expresión en la economía neocolonial dependiente venezolana, ante el asedio y los ataques del imperialismo y la insurgencia del más rancio derechismo, el movimiento popular chavista ha contado con la más plena voluntad de resistir. Pero es allí cuando se enfrenta a esta quinta columna y con ella a un proceso de presión por la liquidación de la autonomía de las organizaciones de base, a la claudicación ante las farsas ideológicas y relatos del enemigo, se enfrenta ante el arreo de las banderas y símbolos, se enfrenta ante la negación del debate y de la crítica, se enfrenta a la privatización y mercantilización de lo público, de las necesidades sociales, se enfrenta ante la liberalización y la destrucción del interés social, se enfrenta ante el retroceso de sus derechos y ante el señalamiento y vilipendio a los cuestionamientos y descontentos.

Las medidas tomadas en pos de vencer el asedio, y mantener las posiciones en esta “fortaleza asediada” resultan incluir el desarme, la desmoralización y dispersión de los únicos verdaderos defensores de dicha fortaleza, se ha llamado al pueblo a una resistencia sin objetivos, de duración indefinida, en la cual no hay manera de saber de objetivos logrados, de metas alcanzadas, del retroceso del enemigo o de nuestro propio avance, simplemente inmovilismo del proceso.

Por todo lo mencionado, consideramos que la situación exige otras medidas coherentes con el objetivo propuesto de mantener la Revolución, coherentes con el objetivo de detener al imperialismo, coherentes con la necesidad de mantener al chavismo en movimiento, coherentes con una verdadera recuperación económica, coherentes con la defensa de la soberanía y la independencia, medidas planificadas comprensibles para nuestro pueblo, medidas participativas que definan tareas hasta para el ultimo combatiente de este pueblo, medidas que definan triunfos que pueda coronar la resistencia popular ante el asedio y la agresión, medidas que amplíen la movilidad mediante la participación, la organización y la diversificación de las formas asociativas de lucha del pueblo.

Estas advertencias y observaciones son el resultado de una urgente preocupación por la posible inminencia de un desenlace catastrófico para la Revolución Bolivariana. Se han alzado en contra de toda crítica y a favor de las opciones suicidas toda una coalición de estafadores. Estafadores porque hoy se rasgan las vestiduras para decir que estas medidas se toman por el bien de la revolución, pero que ante el desencadenamiento de una debacle, no dudaran en dejar solo a Nicolás Maduro y al movimiento chavista, y que incluso no dudarán en empujarnos directamente al abismo.

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