Universidades, Ciencia y Zonas Económicas Especiales

El Vice-presidente de Planificación y Conocimiento Ricardo Menéndez,  invita a la comunidad universitaria nacional, a coordinar y articularse con el devenir y accionar del Plan de las Zonas Económicas Especiales (ZEE). Dice el Vice: “universidades de zonas económicas deben ser epicentros del desarrollo” (2015). A tal iniciativa, también debemos agregarles las 35.000 hectáreas improductivas que las universidades venezolanas mantienen, debiéndose incorporarse de inmediato, a los proyectos socio-productivos que urgentemente se están exigiendo.

Como en otras tantas universidades de nuestra región latinoamericana y del mundo, donde se dan espacios para el impulso de nuevos conocimientos y el desarrollo socio-productivo e investigativo, centenares de profesores e investigadores han hablado. Se han manifestado frente a la crisis ecológica-planetaria ambiental que estamos afrontando.

Es la comunidad científica, quien ahora nos alerta: ¡¡¡la tierra!!! en su proceso normal de autorregulación esta tratando de buscar nuevos equilibrios y al parecer no los puede conseguir. De allí, el surgir de los extraordinarios fenómenos climatológicos extremos que estamos viviendo: nevadas, inundaciones y vendavales; súbitos calores e intensas sequías; des-regulaciones de los climas y el calentamiento global. De este ascender la temperatura, de 1,4 °C a 4.4 °C, puede conducirnos a graves consecuencias, como la subida de los océanos. Más de la mitad de la población del mundo se asienta en ecosistemas costeros. Aunado a ello y en los tantos procesos de autorregulación, las especies biológicas no tendrán tiempo para su evolución, conduciéndolas a su definitiva desaparición.  

A tal alerta, necesariamente debemos agregarles, las condiciones actuales del inducido y avasallante consumismo de los recursos naturales, bienes y servicios. Riechmann (2015) nos dice: “el choque de las sociedades industriales contra los limites biofísicos del planeta se ha ido agravando y agudizando cada vez más. Si usamos la herramienta efectiva de la huella ecológica, cerca de 1980 fue cuando esta supero la biocapacidad del planeta para seguir creciendo después. Según los investigadores ahora estamos en el 150% de la capacidad del planeta. Y esta situación no durará demasiado, porque estamos como se dice a veces, consumiendo el capital, no los intereses, empleando en este caso una metáfora financiera. Estamos sobreexplotando los recursos y las capacidades de absorción de contaminación, de una forma insostenible. Pareciera que consumimos el planeta como si no hubiese mañana”.

La irracionalidad consumista tiene su génesis y explicación en la racionalidad instrumental reproducida y ampliada en el sistema capitalista. En esencia, se trata de mantenernos, eternamente pegados a maximizar ganancias a como de lugar, en cualquier espacio de nuestras vidas socio-económica-productiva. Sin darnos cuenta, que los recursos naturales del planeta tierra son finitos. No hay espacio productivo-social, en donde no se aspire valorar la reducción de los costos y las excesivas ganancias con las subsecuentes especulaciones del propio capital.

Esta racionalidad instrumental-funcional, dominante e impuesta, también nos ha causado: severos estragos ideológicos enajenantes; minusvalía en el resarcir de nuestros valores culturales y el no reconocimiento de nuestra identidad nacional. Conllevándonos a concebir una inusitada miseria espiritual e individualismo exacerbado, generando una fragmentación mental-social y colectiva, la cual parecería no pudiésemos salir, de tales círculos viciosos. Condiciones que nos han conducido a percibir una individualidad cultural-ambiental, ahora reflejada en el desespero de la escasez. Preguntémonos ¿la funcionalidad del capital nos ha conducido o no, hacia distintas dimensiones de las escasez?. Hoy día tenemos carencia de: alimentos, agua, salud, energía, suelos, educación, transporte, de derechos y podemos seguir… ahora que se complejizan más los condicionamientos de las nuevas relaciones de los modos y medios de producción, que necesitamos crear, para la conformación de una nueva matriz productiva.

Es evidente que nuestras ZEE tienen y deben manejarse con otra visión científica y tecnológica. Es urgente re-definir los nuevos objetivos y medios apropiados, que sirvan de antídoto para no deteriorar más la naturaleza y consumir sin freno ni control. Ello también toca a la exigida calidad educativa y a la transformación universitaria. Esta permanente interrelación, necesariamente debe apuntar hacia la formación de una racionalidad ambientalmente sustentable, fundada en los principios y valores del eco-socialismo.

Esta tendencia de lo eco-social, cada día se fortalece y postula una sociedad racional fundada en el control democrático no extractivista, en la igualdad social y  el predomino del valor de uso. Prioriza, una economía basada en las reales necesidades sociales y sujeta a los límites biofísicos de naturaleza en cada uno de los niveles socio-productivos que los involucra.  Exige, elevar nuestra conciencia de especie,  la protección del sistema-vida y del planeta como un todo.

En Venezuela, surgen toda una serie de ventajas que debemos saber aprovechar.  A continuación presentamos algunas de ellas:

1) El Mandato del Presidente Nicolas Maduro de avanzar en la construcción de un nuevo modelo civilizatorio, demostrando apertura y disposición en el entendimiento que estos cambios requieren.
2) Precarias condiciones de producción y productividad en los sectores básicos de la economía nacional. Por ejemplo: el energético, agricultura, alimentos y agua.
3) Diversas tensiones sociales y ambientales que urgen científicamente ser abordadas.
4) Para superar lo anterior, se tienen mandatos muy precisos, tales como: cuerpo de leyes del Poder Popular, la Ley de Ciencia y Tecnología; Plan de Acción y Estrategia de la Diversidad Biológica 2014-2018;  el documento «Necesidades de Investigación 2011», que agrupa 631 necesidades de investigación, distribuidas en las 10 áreas del conocimiento y la tecnología. En este valioso documento, debiesen estar uno de los gérmenes de la nueva racionalidad ambiental que estamos proponiendo.
5) Moderados recursos económicos que deben ser re-orientados y priorizarlos a las nuevas áreas del conocimiento.
6) Organizaciones sociales de base como las comunas, receptivas a nuevas propuestas de producción.
7) La Ley Plan de la Patria y algunas orientaciones eco-socialistas.
8) La nueva reforma-ley del Instituto de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, institución, que mucho tiene que exigirse, para avanzar en la nueva racionalidad científica y tecnológica que requieren los cambios de civilización.
9) Apertura y disposición de algunos ministros y cuadros del alto gobierno, como es el caso del Ministro de Educación Universitaria y Ciencia y Tecnologia Manuel Fernández, quien pareciera no cansarse en motivar al dialogo sincero, abierto y comprometedor, para construir el ideario ideológico-político que la transformación universitaria y la calidad educativa están requiriendo.
10) Comprensión de algunos profesores y rectores universitarios sobre la compleja situación ambiental planetaria, regional y locales. Requiriendo, de un revolcón que, realmente, estremezca las estructuras y dirigencias universitarias desprestigiadas, atrasadas, anquilosadas, en esos modos lineales de pensar y actuar, los cuales se acoplan a la racionalidad instrumental y económica anteriormente presentada.

Como bien lo ha venido afirmando por mas de 42 años el Maestro Enrrique Leff (2014): “algunos de los profesores universitarios latinoamericanos están invadidos por pensamientos que obedecen a un pensamiento” y “no pueden reconstruir sus nuevos modos de vida”. En especial “aprender a aprovechar sus medios y modos de vida sustentable, desde nuestras potencialidades ecológicas y creativas”. En otras palabras o dicho de otra manera por el Maestro Leff: ¿ Podemos aprender a vivir sobre las condiciones de vida sustentable que nos esperan?.

Al parecer esta reflexión filosófica del Maestro Leff, surge como largas y anchas ondas de luz, que han de darle forma y contenido a nuestra transformación universitaria y a la calidad educativa ambiental exigida en nuestros espacios. Entonces, podríamos decir desde nuestras individualidades, familias, comunidades y recintos universitarios: “aprendamos a vivir, a ser, hacer y a formar nuestros modos colectivos de vidas sustentables”. Análogo a esta reflexión, otro maestro nos enseña: “somos lo que hacemos, sobre todo, lo que hacemos para mejorar lo que somos” Eduardo Galeano.

Referencias Bibliográficas

Leff, E. (2014) “Conferencia Magistral en Educación Ambiental y Filosofía de la vida. Univers de Guanaguato, México. 
En línea:http://www.ugto.mx/ugcomunica/noticias/4221-el-dr-enrique-leff-zimmermar

Menéndez R. (2015) Correo del Orinoco, Nacional pagina 10 nro. 2019 7 de mayo de 2015.

Riechmann, J. (2015) Consumismo el Planeta como si no hubiera un mañana. Lecturas Sumergidas nro 23/Abril. 2015. En línea:
http://lecturassumergidas.com/2015/04/29/jorge-riechmann-consumimos-el-

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