[REPORTAJE] San Agustín: contra el golpe y la crisis, reafirmando el poder popular

En medio de la dura crisis, a la cual se sumó un intento de golpe de Estado y una beligerancia inédita por parte del imperialismo, la cooperativa Unidos San Agustín Convive y el pueblo organizado en el barrio San Agustín de Caracas siguen firmes en su trinchera de lucha.

Articulando directamente con campesinos organizados en el estado Trujillo, la cooperativa se sumó, en 2016, al plan “Pueblo a Pueblo” para realizar cada dos semanas lo que llaman “jornadas de consumo organizado,” donde la comunidad tiene acceso a bolsas de frutas y hortalizas a precios justos, por el hecho de que se saltan a los intermediarios comerciales de la cadena de distribución.

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Todo este proceso viene acompañado de asambleas horizontales, contraloría, rendiciones de cuentas y un tremendo espíritu colectivo, tanto en comunidades urbanas como rurales. A pesar de la crisis (más sobre esto abajo), las jornadas siguen distribuyendo alrededor de 100 bolsas, cada dos semanas en tres núcleos del barrio: Terrazas del Alba, Hornos de Cal y El Manguito. En este momento se estudia la posibilidad de extender la iniciativa también a otros núcleos.

Después de una campaña exitosa, la cooperativa logró obtener su propio camión, que hace cada dos semanas el viaje hacia Barquisimeto, donde se ubica el centro de acopio de “Pueblo a Pueblo.” El camión hace la descarga en San Agustín de los rubros para la jornada de consumo, y luego sigue para La Guaira, abriendo de esta forma también la posibilidad de que las comunidades allá puedan comprar estos productos a precios accesibles.

Y aún más, la cooperativa ha logrado avanzar en otras actividades. Hay una pequeña unidad textil que produce ropa interior para niños, y con algunos de los ingredientes de las jornadas se han producido salsas. Todo esto teniendo como prioridad abastecer a los campesinos de Pueblo a Pueblo, con productos hechos desde la ciudad e intercambiados solidariamente. También se avanza en la construcción de una granja que ya cuenta con espacio propio. Se espera que muy pronto tenga gallinas ponedoras y unos cuantos cochinos.

La jornada tuvo algunas diferencias respeto a la que habíamos presenciado hace unos meses. Desde luego, por el intento de golpe de Estado en curso y la amenaza latente de una intervención militar de EEUU. “Los gringos no se van a meter porque tienen miedo a este pueblo,” decía una compañera. De igual modo se colectaban firmas para la declaración “Manos Fuera de Venezuela” que ha sido firmada por millones de venezolanos en los últimos días, rechazando la injerencia y las amenazas imperialistas.

Algunas cosas se mantienen: el trabajo voluntario, la hospitalidad a los que se acercan por primera (o segunda) vez y el sentir colectivo en todo lo que se hace. El ahorro respecto a los precios en el mercado sigue alrededor de los 70%, aunque a veces sea necesario explicar que el precio fijo por kilo para todos los rubros puede implicar que uno u otro se quede más caro que afuera, pero dando igual, con el promedio de todos los rubros, un ahorro gigantesco.

La principal diferencia, con consumos anteriores, está en el contenido de las bolsas de comida. Mientras se sigue partiendo de una repartición de todos los rubros en partes iguales, no todo el mundo lleva la cantidad máxima de cada rubro. Aunque el ahorro sea significativo, la verdad es que en las condiciones actuales comprar 10 kilos de verduras de una vez no está al alcance de todos.

Esta experiencia surgió en respuesta a la crisis, pero igual la crisis ha impuesto nuevos desafíos. Martha Lía Grajales, miembra de Unidos San Agustín Convive, explica que “cuando vimos que la gente de a pie, los pela bolas, no podían comprar las bolsas, era señal que algo no estaba funcionando”.

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La flexibilización de las bolsas permite entonces que la gente lleve menos pero siga teniendo acceso a los productos. En el acto de pesar las bolsas antes de pagar había una tabla de precios, pero solo para kilos enteros de forma a facilitar el proceso. Es decir, si una bolsa pesaba 7,5 kilos, la persona tenía que decidir añadir o retirar algo para llegar a 8 o 7 kilos, respectivamente, y en la mayoría de los casos se retiraban unas papas o zanahorias para llegar al kilo abajo. Al final los productos que sobran también se venden, con prioridad para los miembros de la cooperativa.

“La única vía es el socialismo”

En esta idea insistía Martha Lía Grajales durante una asamblea improvisada en medio de las tareas que realizaban todos y todas. En el contexto actual los movimientos populares no tienen el lujo de explicar que el socialismo es el horizonte histórico del punto de vista discursivo. Con una cotidianidad tan afectada, es necesario demostrar que la construcción colectiva del poder popular puede dar respuesta a los problemas más inmediatos. El socialismo se explica con hechos, con experiencias solidarias, radicalmente democráticas, que expresan hoy una parte del futuro deseado.

Los barrios de Caracas han sido duramente golpeados por la crisis. Servicios como agua, electricidad o transporte están en condiciones extremamente precarias, con una infraestructura cada vez más agravada por falta de mantenimiento y la dificultad en importar repuestos. A esto hay que sumar los ingresos “devorados” por la hiperinflación, mientras la política económica oficial parece girar cada vez más hacia las formas ortodoxas de combatirla (este es un tema para profundizar en otra ocasión).

San Agustín y otros barrios de Caracas han sido palco de protestas en los últimos meses alrededor del deterioro de los servicios, que se entrelazaron con episodios de violencia en el contexto de la auto-proclamación del “presidente encargado” Guaidó. El colectivo de derechos humanos Surgentes publicó un reporte sobre estos episodios, señalando la naturaleza violenta de buena parte de las protestas, pero también la brutal respuesta de los cuerpos de seguridad, en particular del FAES.

Todo esto ocurre en el contexto de un recrudecimiento de la agresión imperialista, con amenazas militares latentes y sanciones al sector petrolero (efectivamente un bloqueo) que buscan asfixiar el pueblo en el plazo más corto posible para provocar el tan anhelado “cambio de régimen.”

Es un conjunto de elementos que genera expectativas muy poco optimistas para el futuro cercano. Sin embargo, hay una rebeldía que persiste en San Agustín y en los barrios en general. Es un fenómeno histórico y que al mismo tiempo tiene mucho que ver con el legado del Comandante Chávez. Unidos San Agustín Convive es apenas un microcosmos, pero hay cientos de otras experiencias a lo largo y ancho del país.

Más allá de la drástica mejoría de las condiciones de vida de la población, o de los proyectos de integración regional, quizás la siembra más duradera del Chavismo haya sido esta masa crítica que asumió el socialismo como horizonte histórico. Y contra eso no hay imperio que pueda.

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